martes, 3 de julio de 2012

Ni contigo ni sin ti

Dicen que el ser humano es un ser por naturaleza sociable y que necesita de los demás para poder realizarse, pero la verdad es que muchos no saben que gran cantidad de los más gratificanes momentos de la vida se pasan en compañía de uno mismo, cuando todas las luces se han ido a dormir y la luna vela sobre nuestras cabezas. Porque es entonces cuando todo lo que en nuestra mente ha ido dando vueltas sale a relucir atraído por los rayos de luz estelares. Es cuando extraemos uno a uno los componentes de ese zumo de pensamientos que tenemos y los analizamos: hoy la he echado de menos tanto o más que ayer, y eso que anoche estuve con ella. Es el primer día y esto se me va a hacer eterno; al fin y al cabo acabaremos por separarnos todos, con lo bueno y con lo malo que tiene, soy un pasajero; vaya semana magistral nos espera, que tiemble el suelo por donde vayamos a pisar... Y todo ello acompañado de nadie. Y eso que hay quien dice que vendería su alma por un poco de calor humano cada noche en su cama antes que la fría compañía de unas sábanas acartonadas. Mis sábanas me recuerdan a ti. Dejaste en ellas tu olor y todas las noches suelo dormir contigo. Estoy un poco harto la verdad, porque ya me resultas monótona, espero que te largues pronto porque amanece el día y el con el sol os largáis todos y me vuelvo a quedar tan solo como siempre, haciéndome el zumo mañanero y guardando todo hasta que por la noche nos volvamos a encontrar todos donde siempre, traidora.
Bueno, quizás no estemos tan solos, al fin y al cabo a todos nos une el mismo cielo y, estés donde estés, yo estoy a tu lado, aunque no me veas. Me sientes  porque nuestros corazones están conectados y muestran un ápice de lo que realmente es, una aurora, un rayo de plata diurno, un rayo de sol de madrugada, una brisa vespertina.... muestran lo que somos, o lo que aspiramos a ser, o lo que ya fuimos, aunque tú a veces  no lo quieres demostrar, pero bueno, ya que estamos juntos aprovechemos el tiempo, que a veces es muy cabrón y puede ponerse en nuestra contra.
Quizás sea necesario tener compañía para pasar buenos ratos, o quizás los buenos ratos atraigan a la compañía. Quizás por eso todo el mundo está empeñado en buscar príncipes y princesas y hacer de sus vidas cuentos de hadas. Yo te coroné como princesa y fuiste incapaz de verlo. A mí me dejaste croando con los labios puestos y con laurel seco en el pelo. 
Sí, seguramente la compalía de una relación haga de los momentos algo mucho mejor, pero claro, si la relación solo vive a costa de uno, el viaje se hace mucho más duro. Lo nuestro no es así, o no lo fue. Aunque tú  me lleves ventaja, porque yo me he vuelto un sumiso, soy yo el que tira, y tú la que toma el sol. Llegará un momento en el que el camino se me haga largo y tendremos que intercambiar roles, pero de momento me gusta mucho amanecer viendo cómo te ilumina el sol la mirada, y el dorado de tu pelo parece cada vez más puro.
Luego exiten los que en estas materias están más avanzados y han pasado de buscar la felicidad en compalía humana a buscarla en compañía animal y se arropan bajo lechos calentados por cuerpos peludos y lametones húmedos. Miau.

Claro, nadie quiere estar solo porque todos tememos lo mismo.
 Después de tanto tiempo en busca de algo en la calle que lo demostrara me di cuenta de que la respuesta a nuestro tedio por la soledad está encima de nosotros. Nadie quiere estar solo porque cuando todo se apaga, la luna nos radiografía y nuestra vulnerabilidad se vuelve tangible y sale a relucir.  Mas por suerte o por desgracia, la única persona que nos acompañará a lo largo de toda nuestra vida será la misma que está leyendo esto ahora mismo, así que invitemos a la luna a nuestro colchón-trono y sirvámonos un poco de zumo que a los enemigos cuanto más cerca, mejor.

1 comentario:

  1. Si el último párrafo fuera mío regalaría un trozo de cerebro y otro de corazón sabiendo que de los dos me sobra. Chapeau!!!!!!

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